domingo, 10 de julio de 2011

¡México Campeón del Mundo!

La selección mexicana consiguió el campeonato del mundo sub-17 por segunda vez en su historia.


-La selección ganó todos los partidos que jugó en el certamen
-Julio Gómez fue el jugador más valioso del torneo y ganó el balón de Oro


Por Omar Ortega Jaime

10-07-11.La selección mexicana sub-17 de fútbol, se consagró campeona del mundo en la vibrante final frente Uruguay, ante un majestuoso escenario repleto y totalmente pintado de verde, blanco, y rojo que apoyó e hiso vibrar y estallar el Coloso de Santa Úrsula en uno de los juegos más importantes e históricos del del fútbol mexicano.

La gente se puso de pié y retumbo el escenario en aplausos y euforia cuando al ritmo del glorioso himno de la FIFA, los veintidós gladiadores salieron elegantemente vestidos de camiseta y pantaloncillos deportivos, en verde bandera y azul celeste respectivamente, las banderas de ambos países enfrente y el representativo al Fair Play abanderaban a los equipos que serios, concentrados y con la mentalidad puesta en ganar, pisaron el césped del Azteca y se formaron tomados de la mano para entonar los himnos en un momento indescriptible que le puso la piel chinita al respetable que, a todo pulmón, entono y sintió desde lo más profundo de sus corazones.

La pelota rodo y el trámite del juego fue de lo más intenso, los charrúas presionaban con todo la salida mexicana que se dificultaba jugada a jugada y que, al buscar compañero al frente no encontraba opción clara en un inició de juego favorable a Uruguay, pero conforme avanzaban los minutos el equipo mexicano fue más vertical y aprovecho los pases al espacio, situación que los acerco al área rival y en una jugada que parecía que se iba por la línea final, Carlos Fierro salvó la pelota y la metió en el centro del área chica en donde Antonio, “El Pollo” Briseño, impactó con la parte interna de su pie derecho e hiso vibrar y retumbar en un grito de gol a el Estadio Azteca que era, en ese momento, un manojo de nervios.

El resto del juego fue muy parejo, Uruguay tuvo incursiones al arco y mando un par de pelotas al poste, México a pesar de tener la posesión del balón sufría para encontrar compañero bien posicionados, Carlos Fierro peleó cada pelota y Julio Gómez, hiso en su ingreso al minuto sesenta y nueve, uno de los momentos más emotivos del partido cuando todo el estado se puso de píe y se unió en un grande aplauso comunitario de ciento veintidós mil almas que corearon el nombre del número ocho mexicano.


Una vez más, el jugador que ingresó y le cambió la cara al equipo mexicano fue el diecisiete Giovanni Casillas, el mediocampista de el Club Deportivo Guadalajara, con su velocidad, y entrega , rompió la monotonía y quebró a la defensiva, y en el momento en que recibió la pelota en la banda , la convirtió en una pradera que conquistó por completo, desparramo al rival, y derrocho talento y pundonor cuando disparó al arco que Jonathan Cubero en el instante más emocionante del juego, es Estadio Azteca hiso llover cerveza y cualquier cantidad de líquidos, vasos, y objetos varios, y se ondearon las banderas en lo más alto para fundirse en un grito de gol que retumbo y se sintió en cada cimiento del coloso y en el pecho de los espectadores que, se quedaron afónicos y descargaron la ira contenida en su ser.

¡México!, ¡Canta y no llores!, el Azteca era un hervidero de emociones, de júbilo, de pasión, el momento apenas instantes después del gol en el que el silbante Noruego Svein Oddvar Moen decretó el final del cotejo, fue el cierre perfecto de un partido que se vivió a tope y que los jugadores pelearon hasta el final, todos los jóvenes menores de diecisiete años se encontraron en el centro del campo y bailaron, brincaron, y gritaron el campeonato del mundo que bien merecido tienen, un mundial perfecto sin derrota ni empate alguno en el que el equipo tricolor, demostró que esta para cosas importantes y que será una generación que muy posiblemente nos llene de alegrías en un futuro, si no inmediato, muy cercano.

Subieron al podio los jugadores Adryan Olivera de Brasil y Samed Yesil que recibieron el botín de bronce y plata respectivamente mientras el marfileño Souleymane Coulibaly  no pudo recibir su presea a mejor goleador, mientras por México Carlos Fierro, Jorge Espericueta y Julio Gómez, recibieron los balones de Oro, Plata y Bronce como jugadores más valiosos, México subió al centro del palco de Joseph Blatter, que acompañado de Justino Compeán y el Presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, entregaron el trofeo de campeones del mundo al capitán del equipo Antonio Briseño, que lo puso en lo más alto y consagró este momento como uno de los más hermosos en la historia, y así, se unió a las leyendas Pelé y Diego Armando Maradona, como uno más, que alza una copa de campeón del mundo en el Estadio Azteca, México es el número uno, no hay más, y quedo demostrado, dentro del campo, en un certamen que nunca, nunca olvidaremos.


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