Histórico suceso en la cancha del Monumental de La Plata en Argentina el día de ayer 26 de junio de 2011, River Plate, uno de los equipos más grandes de Argentina, del continente americano y con gran proyección a nivel mundial, perdió la categoría y descendió a la División B del fútbol argentino.
Después del duelo de ida de la promoción por el ascenso en la cual Belgrano de Córdoba, venció 2-0 al cuadro rioplatense, River necesitaba ganar por dos goles de diferencia para poder mantenerse en el máximo circuito del balompié pampero.
La tarde comenzaba bien para los de la rana colorada, un gol en la primera mitad de Mariano Pavone con tan solo cinco minutos jugados, dibujaba una sonrisa y hacia estallar el grito en júbilo a los hinchas del cuadro local, pero fue un vil espejismo el que se vió de ese River de los primeros cuarenta y cinco minutos.
La segunda mitad nos mostro la cara de River que se había visto tanto en el duelo de ida, como en las últimas tres temporadas en las cuales había sido un rotundo fracaso, Guillermo Farré, igualó los cartones, cuando anotó para los cordobeses en la segunda mitad, pero fue al minuto veinticuatro en la parte complementaria, cuando se derrumbo la ilusión de algo que de por si parecía muy difícil, el silbante argentino Pezzota, marcó la pena máxima a favor de River Plate que parecía se acercaría al empate que lo mantendría en primera, Mariano Pavone cobró al centro, a las manos del arquero que no tuvo más que recostarse a su lado derecho para abrazar el esférico cual bebe en los brazos de una madre, y así terminar con la ilusión de River que junto con su afición se derrumbo y rompió en llanto, para vivir así , un complemento lleno de tristeza y desilusión.
El monumental estaba en total silencio, a excepción de una pequeña minoría vestida de azul celeste y negro que festejaban con temor el ascenso del cuadro cordobés, un gesto de dolor, una lágrima que se asomaba en los ojos de los aficionados, que veían incrédulos lo que sucedía en el campo, se tocaban la cara, se agarraban el cabello, las muchachas abrazaban a sus novios y les preguntaban si era real lo que estaban viendo, el niño con la cara pintada de blanco y la franja roja que le cruzaba la nariz, no entendía realmente lo que sucedía y abrazaba la pierna de su padre que devastado no sabía cómo explicarle a su pequeño lo que estaba viendo.
“¡Belgrano, Belgrano de mi vida, sos vos la alegría, de mi corazón!”, el canto y el alarido en el pecho de los cordobeses, mientras la impotencia y la incertidumbre de una afición acostumbrada a los títulos y a los triunfos, que no hacía más que lamentarse.
Al minuto cuarenta y cuatro, un pequeño grupo de aficionados de River Plate, comenzaron a lanzar proyectiles al campo y a romper las butacas de la platea baja, lo cual provocó la suspensión del encuentro a dos minutos de terminar, la gente de Belgrano no pudo festejar su ascenso y tuvo que ser custodiada rápidamente al vestuario, mientras River se mantuvo aproximadamente diez minutos en el centro de la cancha, y fue asediado por un fuerte cinturón de elementos de seguridad hacia el túnel en donde les llovió de todo por parte de los aficionados que fueron desalojados poco a poco por la policía, un hecho en verdad histórico lo que se vivió hoy en el Monumental de La Plata, el equipo con más títulos en Argentina, hoy se vió envuelto en tristeza y dolor, una sensación fúnebre, fue la que se sintió en la cancha el día de hoy, y que bueno, ascendió Belgrano, pero que malo, descendió River Plate.
