domingo, 3 de julio de 2011

Embriagados de "Vino Tinto" nos duermen bailando Zamba


Por Omar Ortega Jaime
3-07-11. La selección brasileña y el cuadro venezolano, nos entregaron un aburrido debut mas, en esta Copa América que ha comenzado bastante floja, el empate a cero de hoy en La Plata no refleja más, que lo que se vivió en la cancha tanto por parte de la “verde-amarella”, como de la vino tinto que se mostraron flojos, meticulosos, y aburridos por lo que nos durmieron durante los noventa minutos.

Muchos apellidos, nombres, y estrellas, que solamente brillaron al momento de dar las alineaciones, y en el dorsal de las camisetas, ya que en el tramite futbolístico del juego no lucieron en lo absoluto, Mano Menezes no se guardo nada y puso en el terreno de juego un cuadro de lujo y vestido elegantemente de amarillo y pantaloncillos azules, con tonos verdes en el pecho, Julio Cesar en el arco y el liderazgo de Lucio en la central, acompañado  de André Santos, Thiago Silva, y la velocidad y explosividad de Dani Alvez en la banda, Ramires, Leyva y Henrique Chagas se paraban en medio del campo, y una tercia ofensiva de miedo integrada por Alexandre Pato, Robinho, y el futbolista de moda en Brasil y posiblemente próximo jugador del Real Madrid, Neymar Silva, mientras Venezuela saltó al campo con un equipo que junto a los brasileños suena bastante austero y que comenzó el juego con la garra, intensidad y respeto necesarios para enfrentar a Brasil, pero que con el tiempo se vio en una zona de confort que le ayudo a jugar con tranquilidad ante el rival que poco intento conseguir la victoria.

Brasil comenzó al parecer confiado, su gama de estrellas buscó lucir como una auténtica constelación plagada de lujo y expresión en los movimientos con la pelota, taquito por aquí, rabona por acá, drible a velocidad y después, retrasa la esférica para comenzar otra vez con la coreografía, misma que, dejo de parecerse a la zamba futbolística que nos tienen acostumbrados a ver los alegres futbolistas brasileños, y que lucía mas como la danza de cualquier borracho que, después de llenarse el riñón de vino tinto, carecía de ritmo y coordinación, y era simplemente la repetitiva intención de algo que se desdibujo conforme transcurrían los minutos del uno al noventa.



El cuadro venezolano por el contrario, lo tomo con extrema seriedad, cosa que le impidió en primera instancia, ser descarado, e intentar ponerse de frente a su rival, pero que termino en un triste y sólido planteamiento que si bien supo defenderse y no recibió anotación alguna; lo cual es destacable; se quedo con el amargo sabor de poder haber hecho algo mas, que solo cuidar un resultado que no le perjudica, pero tampoco le beneficia del todo.

Al final, Brasil y Venezuela, los mismo que Paraguay y Ecuador, nos entregan un empate a cero, y un aburrido encuentro mas, en esta Copa América que en cuatro cotejos, ha tenido solamente tres goles, cortesía de argentinos y bolivianos por una parte, y colombianos por otra, todos en escenarios similares, calor y algarabía en las tribunas, picardía sudamericana, y la casi nula creatividad en la creación de fútbol  y goles, que es, de lo que vive el juego, y lo que quieren verlos hinchas, que una vez más, son lo más colorido y lúcido en el estadio.


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