jueves, 25 de agosto de 2011

Delantero,, una posición de altibajos.


A veces escucho a los hinchas gritar de su butaca que ya debería hacerlo, a veces escucho a la misma intuición que me llama a decirlo, la vida a veces tiene buenas y malas rachas y que, a pesar de estar disfrazadas, duelen en el fondo como saber que tiene ya mas de medio año que no hacés un gol oficial.

Y es la verdad, no he metido la bola en la red en ya mas de nueve meses, de hecho no recuerdo el último día que celebre la alegría de hacer un tanto en la portería rival, y a pesar de haber conseguido varios retos ya en el camino, sigue habiendo uno que no he podido capitalizar.

Sigo comparando la vida y el amor con la pelota de fútbol y es que en noventa minutos a veces mostrarse es tan dificil, cuando tienes tantas cosas que decir y tantas cosas que expresar un simple campo y una esférica se quedan cortos, si en verdad pudiera cambiar los goles hechos e cascaritas por hacer uno contigo, uno de verdad, podría correr a la grada y mostrarle a la gente la camiseta con tu nombre y gritar con todo que estar contigo es el triunfo mas grande que me ha sucedido.

La influencia aún del alcohol y la desesperación me han hecho escribir esto, esto que a la larga se sigue convirtiendo cada vez, en una sequía agónica que solo una palabra, y la determinación de disparar al arco, podrán borrar.

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