domingo, 16 de octubre de 2011

Confusión




Por Omar Ortega Jaime

16-oct-11. Hasta el delantero más grande y con el cartel más imponente puede fallar en una nueva aventura, en un nuevo continente, y con un nuevo club, a veces pienso que no debí haber fichado contigo si tenía una ilusión distinta en la cabeza pero, ¿Quién carajo me lo impide si me encantas y te tengo en frente?, la camiseta que tengo puesta no la he podido defender como quisiera, y se siente un vacio inmenso cuando desearía tener puesta la que a diario veo frente a mis ojos.

Yo se que no es mi culpa del todo, un delantero centro tampoco puede jugar en todos los sectores del campo, siempre necesitamos a alguien que sepa ponernos la pelota en frente para nosotros arreglárnosla como sabemos hacerla, el talento de uno se complementa con el de otro y es ese poco interés que a veces manifiestas como institución de ponerme a jugar y mostrarte mi habilidad y movimientos en el campo, no sé, estoy consciente de que he cometido errores cuando he debido hacerlo bien pero a falta de minutos un trámite de estas características es muy difícil de completar.

Cuando tú decides no alinearme yo me muero por pisar el césped, cuando tú decides llamarme a calentar yo me he lesionado o algo me lo impide, es duro saber que no te he aprovechado y que tu afición no ha sido feliz gracias a mi y que ha tenido que buscar en otros jugadores incluso derivado de mi ausencia y mi atención a otra afición, a otra sonrisa, a otro sonido de gol que me llama a gritos y que me hace anhelarlo tanto como romper la red de tu rival, que extraño sentimiento de amargura y decepción me queda de saber que incluso hoy me ha importado más el descanso y la rehabilitación que dejarlo todo en el juego como un grande como yo está acostumbrado, no sé, mi futuro contigo y el tuyo conmigo es tan incierto como mis deseos y lo que en realidad quiero, al final no puedo prometer si no decido yo ni intentar algo de lo que no se me da oportunidad, algo me hace sentirme vacio y confundido a la espera solamente, de sentarme a charlar de nuevo, con tu directiva, como cuando decidí que quería ser parte de tu plantilla.

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