jueves, 7 de octubre de 2010

"El Metro": Biodiversidad chilanga y Surrealismo extremo.

Desde hace aproximadamente un mes, que me aventura a la vida universitaria, he cambiado un poco mi estilo de vida, desde el horario, hasta el transporte; y es el metro quien se ha convertido si no en mi mejor amigo, en mi fiel acompañante de todos los días a las 6 de la mañana desde la estación "Taxqueña" hasta "Revolución" cuando me dirijo a Reforma e Insurgentes en donde me desenvuelvo como estudiante.

Y a pesar de la poca experiencia y las casi nulas situaciones que se me habían puesto en frente para utilizar tal medio de transporte, me he logrado acostumbrar a la "limousina naranja" en menos de lo que pense, en la cual he visto de verdad, de todo!,,

Y son ese tipo de cosas que, en el Metro, y solo en el Metro podemos apreciar, si bien no he viajado en algún Metro de algún otro país, me queda claro que el del Distrito Federal es único; vendedores con quienes consigues desde una pluma que bien se me ha olvidado en casa, hasta un cubo de matemáticas "para el niño, para la niña" , y el curso de Ingles Sin Barreras que usted encontrara a mas del doble de precio en alguna tienda de autoservicio, los señores que van dormitando y de repente el repentino "PA-PANAMERICANO"! y los 135 temas selectos del reggeton actual" los hacen brincar del asiento y cuando a los "señores pasajeros en esta ocasión les traen a la venta" diferentes estilos y tipos de artículos que bien pueden ser a veces inútiles y en ocasiones necesarios; los discos en formato normal o MP3, 2la pastilla Halls sabor Yerbabuena", "la pluma fuente con lampara en la punta", o simplemente el degustar de cualquier melodía interpretada por algún discapacitado a quien su fiel pequeñita de 8 años guía por el ancho y largo de la nave y recojen las pocas en ocasiones nulas monedas que la gente les puede regalar.

A que voy con todo esto, pues a que es en el Metro en donde se concentran todos y cada uno de los estereotipos y estilos de gente existentes en una capital tan grande como la es nuestra Ciudad de México, y todo tipo de extrañas situaciones que se nos pueden presentar en la vida se ven ejemplificadas tal vez en un viaje de 3 pesos en nuestro Sistema de Transporte Colectivo.

Con estoy voy, a lo siguiente, y me gustaría entonces expresarlo así, pro que si bien platico lo anterior, creo que lo descubrí poco a poco con el paso de los días, pero sobre todo esta mañana, fue crucial para darme cuenta que cualquier cosa,,la podemos ver en 20 minutos dormitando y escuchando en "tururu" de cada estación, es en la Estación Ermita, en donde una mujer de aproximadamente 23 años de edad, con apariencia sucia, maquillaje exagerado, cabello corto y mal peinado y ropa en un par de bolsas de plástico sube al vagón, su presencia se híso notar rapidamente no solo por su atuendo si no por la fétida esencia que la acompañaba, gabardina negra y pantalón de vestir en el mismo tono y camisa de cuello en "V" en el mismo color, gorro de rayas verde-amarellas, maquillaje en exceso con figuras por toda la cara de flores y plantas , pestañas doradas, mugre en todos el rostro y un montón de "curitas" en la nariz dando la apariencia de estar totalmente golpeada; la joven parecía no tener control sobre si, baja y subía las bolsas del asiento y llego a tal grado de acomodarlas como si fueran pasajeros cuando evidentemente los lugares eran algo escasos, intento acostarse sobre ellos, no lo logro, se puso de píe y se maquilló otro poco las pestañas de dorado reflejándose en la ventana de la nave y parecía que algo entre sus recuerdos era de lo mas gracioso ya que en ocasiones soltaba una carcajada en silencio y volteaba a ver a los de mas en señal de que debíamos reír con ella; fue entonces cuando la gente se empezó a alejar, la joven al ver esto y cuando nos aproximábamos a la Estación "Chabacano", comenzó a romper las bolsas de las cuales se preocupaba mas que en ir sentada ella misma y comenzó a sacar de estas una serie de objetos extraños que se intercalaban con blusas , zapatos, y de mas prendas; un shampoo , un "topper ware", cassetes y atomizadores fueron solo algunos de los objetos que se regaron de entre el piso del vagón y los frios y resbaladizos asientos entre curveados y con la separación de lamina entre ellos; con una desesperación tremenda, la joven de las flores en la cara y el aroma putrefacto empezó a recojer todo lo que segundos antes ella misma había regado, y lo tomo casi todo entre sus brazos tal cual un bebe para salir corriendo en cuanto el vehículo colectivo se detuvo y la puerta automática del mismo se abrió de par en par, evidentemente olvido gran parte de las "pertenencias" que la joven llevaba consigo, unos zapatos plateados de plataforma, un envase vacío de "Coca Cola" , labial rojo, "Tazos", y un paliacate fueron solo algunas de las cosas que quedaron dentro de las instalaciones del Metro; las puertas se cerraron y solo tuvo tiempo de preguntar -no se quedó nada????- a lo que con la cabeza y un gesto de incredibilidad y obviamente risa respondí que no, la gente comenzó a reirse, y eran evidentes los gestos y la sensaciones de incredibilidad en cada uno de los pasajeros presentes , la verdad es que son situaciones que verdaderamente uno nunca imagina no en el metro, si no en el mundo encontrarse, no había pasado de ver a algún guerrillero acostarse en vidrios por una moneda o algún cieguito cantar en un tono que preferiría no escuchar, pero fue hoy, a las 6:15 aproximadamente de la mañana cuando descubrí, que del Sistema de Transporte Colectivo "Metro" de la Cuidad de México, podemos esperar, cualquier cosa.

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