Por Omar Ortega Jaime
16-01-12. Más de dos mil millones de dólares, invertidos en
un inmueble futbolístico a las afueras de Guadalajara en Jalisco que no logran
pesar cuando su equipo pisa la simulación de césped instalado en el tablero
verde del Estadio Omnilife, cuatro goles en siete juegos y un campeonato
mundial sub-17que se olvidan fácilmente cuando
Carlos Fierro se pone la camiseta de Chivas y se hunde junto con los once
títulos de liga que pasan desapercibidos y se parecen difuminar en la memoria
ante la más que evidente caída de Chivas en este torneo.
Fue el 20 de agosto de 2011 bajo el mando de José Luis Real
cuando Chivas, ganó su último partido como local en el Omnilife, desde
entonces, tres empates y tres derrotas aunados a la caída de dos entrenadores,
ponen a Chivas como el claro ejemplo, junto con la caída del Imperio Romano, de
que hasta el más grande puede derrumbarse en un abrir y cerrar de ojos.
Chivas no solo es el sotanero general de la competencia si
no que se ha convertido en un equipo falto de garra y contundencia, pero sobre
todo que parece fallar en el intento de creación de estrellas y retroceder en
el crecimiento de jugadores consagrados que en ocasiones cometen los errores
que no cometieron durante sus inicios.
Desde entonces, y con un debut teñido de gris en la Jornada
12 del Apertura 2011 en duelo contra Toluca que culminó empatado a cero goles,
Quirarte se encargó no solo de perder en la primera fase de la Liguilla de
dicho certamen al ser eliminados por el modesto Querétaro, si no que dejó a
Chivas sin victoria alguna en el presente torneo y tras cuatro fechas en las
que, según palabras del propietario del rebaño; Jorge Vergara; “convirtió un
Ferrari en un Volkswagen”.
A Chivas evidentemente le faltan refuerzos, le falta un
técnico, alguien que en realidad pueda plasmar una idea de balompié y sobre
esta, buscar a los elementos que pueda funcionar de acuerdo a la misma, ante el
evidente talento del verdugo del América; Erik El Cubo Torres; y el joven y
prometedor goleador sub-17 Carlos Fierro, se puede negar poco, pero lo que es
una realidad es que ambos no cuentan aún con la experiencia necesaria para
cubrir un puesto tan grande como es el ser delantero titular de un equipo de
tradición como Chivas, los zapatos de leyendas como Adalberto López, Salvador
Reyes y el mismo Javier Hernández, han quedado demasiado grandes en los
actuales referentes ofensivos de Chivas que, ante la oportunidad de jugar, son los
menos culpables de las consecuencias que su inexperiencia conlleva a pesar de
su entrega, dedicación y esfuerzo que no dudo estén poniendo en la cancha.
Chivas necesita más jugadores, pero no solo eso, necesita
espíritu, necesita estabilidad, necesita tener la esencia de un equipo de
fútbol y no de una marca que piensa en quién podría verse mejor en el banquillo
o en lo moderno de su nuevo uniforme, necesita ser rescatados por jugadores con
carácter y fútbol que puedan aportar para que esos jóvenes que reciben la
oportunidad, lo hagan con un respaldo confiable y no lanzados al ruedo y sin
estoque ante una enorme bestia llamada fútbol mexicano y sus críticas, por la
grandeza de este club, por la leyenda que dice que hubo un campeonísimo que
logró hacerse de 28 títulos en una década entre campeonatos de liga, Copas de
CONCACAF, y Pentagonales Internacionales, por ser la base de la selección
mexicana y el semillero de estrellas nacionales a nivel mundial, teniendo la
política de alinear solo mexicanos y por el simple hecho de ser el equipo más
popular de un país futbolero como México, Chivas necesita un urgente cambio
administrativo y futbolístico que le devuelvan los aires de grandeza rojiblanca
que se han convertido en lágrimas durante las últimas semanas.
@elomarortega
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